Alberto Depetris, un entendido del sector inmobiliario, afirma que quienes tienen un departamento para alquilar, prefieren hacerlo de manera temporaria y amoblada. Esta modalidad comercial de alquiler, representa un ingreso mensual hasta tres veces mayor, comparado con un alquiler tradicional.

Ahora bien, ¿es mejor negocio? Depetris confirma que  la respuesta a esta pregunta tiene demasiadas aristas, y que la clave para asegurar un real beneficio, es no perder de vista cada una de ellas.

Rentar un departamento de manera temporaria genera más ingresos, pero también más riesgos. Alberto Depetris afirma que los locadores corren altos riesgos de no alquilar estas unidades de manera continua y pasar tiempo sin habitarlas. Además, el envejecimiento de la unidad y el recambio del amoblado, representan gastos que pueden ser significativos a lo largo de los años.

Otro punto importante es el de los gastos comunes, inflados mes a mes por el aumento de los servicios. Muchos locadores no tienen en cuenta este ítem a la hora de formar parte de la oferta de los departamento temporarios.

Asimismo, esta modalidad genera preocupación para quienes residen de manera estable los departamentos. Depetris explica que en aquellos edificios donde convergen unidades de alquiler temporal con las de alquiler permanente, existe una preocupación para estos últimos. La inseguridad que genera la constante rotación de personas y el escaso control de parte de los administradores de las unidades temporales, desvalorizan el edificio. Una situación muy común es que, por ejemplo, el departamento sea alquilado por unos días, por 2 o 3 personas, y que entren más durante la estadía. Incluso la situación de que los invitados desconocidos pernocten en el inmueble, sin dejar registro alguno.

Por otro lado, Depetris menciona la postura del sector hotelero. Generalmente, estos departamentos de alquiler temporal son publicitados en clasificados virtuales o páginas comparadoras de lugares de alojamiento. Allí compiten con grandes cadenas de hoteles, hosterías y hostels; y muchas veces con mayores beneficios: con un precio similar al de un hotel pero con la privilegiada intimidad del hogar.